domingo, 16 de agosto de 2015

El CEO, Visión Complementaria

El umbral de capacidad competitiva y de desarrollo de una organización, sin lugar a dudas depende de la potencia del liderazgo del CEO (Chief Executive Officer). Del tamaño de este liderazgo dependerá el tamaño de la organización. Su estilo de liderazgo tratará de infundirse de cierta forma y hasta imponerse como forma de cultura organizacional.
Su personalidad de cierta forma está en todos lados: en la estructura organizacional, en los procesos, en los productos que lanza al mercado, en la forma de relacionarse con los clientes, proveedores y demás stakeholders. Entonces, de cierta forma la suma de estos estilos materializada por medio de las acciones de las empresas en los países son una fuerza importante para analizar y tener en cuenta, pues son agentes de alto impacto en las economías; principalmente elegidos por los directorios, accionistas o consejos de administración. Está en manos de estas personas, mucha de la personalidad de la empresa y sus productos.
Hay muchas cuestiones que discutir ampliamente sobre estos cargos de alto impacto. Y es de interés al gestionar muchos recursos de la sociedad y los estados. Su creencia sobre los modelos económicos, su grado de compromiso con el medio ambiente, el tener una empatía con el consumidor y preocupación por lanzar productos saludables, el grado de innovación que le impone a la organización, la investigación constante, etc. Todo ello impacta en la calidad de vida de sus subordinados y del resto de la sociedad.
Sin embargo, hay un conflicto emergente. Las métricas comunes de su rendimiento son contables generalmente y económicas en pocos casos; en función de dichas métricas está su modelo de compensaciones. Pero por otro lado, las acciones de las organizaciones impactan en la sociedad, más allá de temas económicos, en lo ambiental, por ejemplo. Esto no es coherente, pues no es un cargo cualquiera, es un cargo de altos impactos, no sólo en la organización, sino en la competitividad de los países, en beneficio para los consumidores. Entonces, es necesario que las organizaciones implementen nuevas formas de medir la calidad de liderazgo de los CEO y sobretodo la sociedad, para consumir productos de organizaciones orientadas a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Lanzar productos dañinos, enlatados, con una serie de insumos químicos, que es de común sentido y conocimiento de la sociedad y los médicos indican que eviten comer, y sobretodo en niños, que le agregan saborizantes químicos para crear sensación de agradable al paladar, por ejemplo, socialmente-ambientalmente no es responsable, pero económicamente para los accionistas seguramente son buenos líderes. El tema está en que las organizaciones no innovan, no investigan, por tanto no desarrollan nuevos productos más saludables y accesibles; detrás de esto está el liderazgo de los CEO. Ojalá en algún momento del futuro, estos cargos sean más practicados por las organizaciones, pero supervisados más de cerca por los estados.
El llamado es que las organizaciones luchan incesantemente por vender más y más, por mejorar su posición competitiva, etc. Sin embargo, el mayor diferencial de este valor, está en manos de los CEO, de su experiencia, de sus habilidades, etc. y es algo que no se revisa muy de cerca. Un buen CEO debe poder fijar los objetivos estratégicos, además indicar la ruta y conducir, no solamente decir, dame tu plan de trabajo y controlar (que en la literatura son patrones comunes), debe participar activamente en el planeamiento. Son cargos que las empresas deben elegir con miras en su capacidad de innovación y no de lo que hizo. Es sabido que la ciencia avanza a pasos agigantados, entonces, si hay algún CEO que dice "esto ya lo hice", es síntoma de un grave problema, porque significa que su fórmula quiere generalizarlo, y esto no es válido. Cada organización es distinta, entonces cada una necesita una fórmula que no proviene del pasado. Del pasado provienen pequeños pinceladas, pero no la fórmula completa. El atributo central a fijarse el elegir a los CEO debe ser el grado de empatía y preocupación social con los consumidores. Esto rompe el esquema de preocuparse por los procesos, por los empleados, etc. No significa que lo anterior no sea importante, sino que son medios y no fines. Un CEO que piense que las personas lo hacen todo, no está equivocado, pero está muy lejos de llevar a otro nivel a la organización. Un CEO que piense que los procesos y el foco en el cliente son la clave, no está equivocado, pero está lejos de llevar a otro nivel a la organización. Es importante romper el modelo de cliente-proveedor de los 60s, para cambiar a ecosistema de negocio de futuro, en el cual ni siquiera el cliente es el fin, sino el consumidor. Y en una economía globalizada, los clientes quedan fuera de foco, para centrarse en los consumidores. Esto rompe el esquema, porque se dice que el cliente paga la factura; esto es un mito ejecutivo; un producto o servicio socialmente responsable paga la factura. Lamentablemente no hay mucha literatura al respecto, más abunda acerca de los estudios o atributos de los CEO y sus éxitos o fracasos, más no de la orquestación de sus acciones con un triple resultado y sustentabilidad de los negocios y las sociedades por tanto.